Maldita selctividad


(I) Cada año miles de estudiantes de segundo de bachillerato se ven obligados a someterse a un examen al final del curso escolar. Este examen denominado P.A.U. (pruebas de acceso a la universidad) o más coloquialmente “selectividad”, consiste en examinarse en tres días de todas las materias trabajadas durante el curso entero con el fin de conseguir una nota media que condicionará la entrada de los estudiantes en las diferentes carreras que deseen estudiar. Para muchos estudiantes que necesitan una nota media determinada para acceder a una carrera concreta, estos exámenes son un verdadero sufrimiento que se lo hacen pasar realmente mal durante tres días.

Esta prueba se viene haciendo desde hace muchos años y (T) cada año me parece más absurdo la importancia que se les da a estos exámenes. Por un lado pienso que (A1) a la hora de determinar la capacidad de un estudiante para entrar en una carrera, habría que evaluar el trabajo elaborado durante el curso, donde realmente se ve la constancia de los estudiantes para trabajar y no a través de un solo examen. En mi opinión, los profesores deberían redactar un informe sobre cada uno de los alumnos, comentando sus cualidades en cada materia.

Por otro lado, creo que la selectividad ha tomado una imagen negativa en los últimos años, puesto que (A2) mucha gente ha empezado a verla simplemente como un obstáculo para entrar en la universidad y la creen innecesaria cuando ya ha sido superado el último curso de instituto.

Independientemente de la opinión de cada uno, lo que esta claro es que todos queremos que los jóvenes estén preparados a la hora de empezar a estudiar en la universidad y que de alguna manera o de otra han de demostrarlo. El problema es que (A3) en la selectividad, con todo lo que ello conlleva (nervios, estrés, mucho estudiar…), no quedan realmente reflejadas las capacidades o aptitudes de los nuevos estudiantes. Movidos por los nervios, unos estudiantes brillantes pueden quedar fuera de las mejores carreras o por el contrario, debido a un día inspirado o a un día de suerte, algún estudiante medio podría resultar sobrecalificado. Y eso no es medir realmente las aptitudes de cada uno.

(C)Por todo ello, pienso que se debería proponer una nueva forma para elegir a los mejores estudiantes de cada promoción, una forma justa que valore más la constancia y forma de trabajar de las personas, y que no les juzgue por una simple nota.

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