La soledad de los números primos


Tenía el libro ya escogido y echado una ojeada. Pero de pronto junto a una visita inesperada de una amiga llegó un libro titulado “La soledad de los números primos”, uno de los fenómenos editoriales más relevantes de los últimos años en Italia.
Este primer libro escrito por Paolo Giordano, recién licenciado en Física Teórica, había sido galardonado con el premio Strega 2008 y traducido a veintitrés idiomas.
Todos estos reconocimientos, junto con los buenos resultados que había despertado en conocidos, hicieron que dejase el anterior libro a un lado y me sumergiese en esta dolorosa y conmovedora historia, elección de la que desde luego, no me arrepiento.

En cuanto a la estructura, es un libro acogedor, dividido en siete partes dependiendo de la etapa de la vida por la que los protagonistas transcurren, y éstas a la vez, en cortos capítulos, siendo los primeros aquellos en los que se relata exclusivamente la vida personal de cada protagonista hasta que más adelante estas vidas individuales se enlazarán entre sí, desembocando en una misma historia.

Existen entre los números primos, algunos más especiales. Son aquellos que los matemáticos llaman primos gemelos, pues entre ellos se interpone siempre un número par. Así números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43, permanecen próximos, pero sin llegar a tocarse nunca. Esta verdad matemática es la hermosa metáfora en la que el autor se basa para narrar esta historia, lo que le da al libro un valor especial.

La obra nos desarrolla las vidas de Mattia y Alice en diferentes momentos temporales. Desde el suceso traumático que ambos vivieron individualmente en la niñez, sus vidas se ven envueltas en una lucha constante contra sus complicadas personalidades, pasando por los difíciles momentos de la adolescencia, donde la crueldad de los compañeros hará que la atracción entre ambos crezca sin control; hasta la edad adulta en la que las palabras no dichas desembocarán en sufrimiento.

Una novela brutal, con dos personajes extremos que en sus agrias personalidades nos muestra aspectos de la sociedad actual, cruel y justiciera con los débiles o los diferentes. Una historia que indaga en los problemas de la anorexia, el maltrato y de las autolesiones. Una historia que te absorbe desde el principio y te arrastra junto con Mattia y Alice en su particular infierno.

Pero finalmente, es el tiempo, el que destruye ese amor idealizado, justo cuando parece que puede realizarse. Los sentimientos de la adolescencia se disuelven en el paso a la edad adulta, que sin embargo, parece abrir una pequeña puerta a la esperanza.


Tal vez lo que menos me haya agradado es el final; el autor nos los deja con una pregunta que, si bien de primeras desconcierta, es leal con el argumento de dos personas (números) que a pesar de estar irreversiblemente unidas (primos), están irremediablemente destinados a permanecer en aislamiento y soledad.


Indudablemente, es un libro fascinante, ejemplo de la vida real llevada al extremo, donde el principal protagonista es la soledad, soledad que de manera intensa o débil, todos hemos pasado o pasaremos.

Recomendable siempre y cuando se tenga un pañuelo a mano.

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