El reloj de la vida

Siempre he oído en mi familia que tenía que estudiar y esforzarme para conseguir un trabajo y ser reconocida socialmente… No obstante, me he dado cuenta de que estaban equivocados. Lo que en estos tiempos se valora es la capacidad de crear dinero rápido, lo más rápido y fácil posible, incluso a costa de perder la dignidad.

Recientemente hemos conocido el caso del candidato a Eurovisión, John Cobra. Me imagino que conoceréis casos similares. Este personaje contaba su vulgar estilo de vida y una nueva forma de pelea callejera, el 'valecalle', en youtube, mediante videos caseros. Su paso por televisión fue penoso. Rozaba el límite de la buena educación o del buen gusto. Sin embargo, ha sido el protagonista de tertulias de radio y televisión y ha llenado editoriales de periódicos y revistas. Es decir, ha llegado a la “fama”.

Ha nacido un nuevo valor, un nuevo método para tener un minuto de gloria en esta sociedad que busca la diversión, el entretenimiento. Me pregunto qué opinan esas personas que están dedicando su vida laboral y personal a estudiar, investigar y descubrir nuevas formas de curar enfermedades o aquellas que son capaces de dedicar parte de su vida a pensar en los que sufren, los que no tienen nada que perder.
Se trata de crear expectación, dar espectáculo. Todo vale. Kate Moss, la famosa top-model británica, fue pillada en un baño esnifando cocaína. Todos pensamos que era el final de su carrera. Sin embargo, desde ese momento se convirtió en modelo de prestigio de firmas como Yves Saint-Laurent y Chanel y su carrera sigue en ascenso. Esos hechos, poco ortodoxos, son los que dan la fama.


Tanto los jóvenes como los adultos utilizamos Internet o la televisión para el ocio. Este fin de semana pasado ha sido el medio utilizado para reunir a miles de jóvenes con un mismo objetivo: hacer botellón para celebrar la llegada de la primavera. Sin embargo, ¿somos igual de eficaces para utilizar estos medios de comunicación para reivindicar nuestros derechos? Internet también puede ser una buena herramienta para agrupar gente con las mismas necesidades y reivindicar los mismos derechos. Nosotros, los jóvenes, unidos, podríamos luchar por conseguir ayudas económicas, becas de estudio, mejoras de trabajo… podría ser una manera de que se nos escuche.

¿Por qué nos dejamos manipular? ¿Por qué no sabemos decir “basta” a quienes nos quieren explotar? ¿Quién ayudará a esas personas cuando dejen de crear dinero? ¿Quién va a reparar el daño que han hecho a otros jóvenes y el que se han hecho a sí mismos? Nadie.
Mi aitite me dijo una vez: “¿Ves ese reloj? Marca los segundos con el mismo ritmo. Algunas veces te parecerá lento y monótono pero llegará un momento en que pensarás que su velocidad ha cambiado. En ese instante querrás parar el reloj de la vida y será demasiado tarde. Aprende a valorar cada minuto, aprende a valorar la vida y, sobre todo, aprende a valorarte. Descubrirás que los demás te imitarán. Entonces pensarás: Ha merecido la pena”

1 comentarios:

Long Tall Sally dijo...

¡Qué bonita la ultima parte!

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