El SPAM, ese huésped no invitado


(I) Todos los días accedo a Interntet por una u otra razón: "chatear" con mis amigos, consultar la película que ofrecen en el cine, buscar información para realizar un trabajo o ver una película, oír una canción, comprar algo o, simplemente, navegar sin rumbo fijo por la red... Asimismo, consulto mi correo electrónico, al que llegan los mensajes de las personas de confianza a quien les he dado libremente mi dirección. Sin embargo, cada vez más, se cuelan en mi correo y en cada una de las consultas que hago mensajes que no deseo, de remitentes que desconozco y cuyas intenciones a veces no son buenas: el spam.
La palabra spam tiene su origen en una marca de carne enlatada que se vendía en Estados Unidos y en la parodia de la misma por parte de los humoristas británicos Monty Phiton (conocidos, entre otras cosas por películas como "La vida de Bryan" o "Un pez llamado Wanda", que repetían la palabra spam en diversos anuncios publicitarios. Posteriormente fue la palabra elegida para denominar al correo electrónico no deseado o correo "basura".
(1) Este correo basura llega a nuestros ordenadores a través de "agujeros" o fallas en la configuración de seguridad de nuestra computadora, abusando de la confianza que ponemos en entornos que creemos seguros y donde damos nuestros datos y autorizamos su acceso a ellos sin saber realmente qué uso les darán. Una técnica legal pero un tanto engañosa. Así nos llegan cientos de correos de publicidad, que saturan nuestra bandeja de entrada y nos obligan a perder tiempo y energía en borrarlos.
(2) Otras veces, el emisor de ese spam (una empresa, marca...) utiliza cebos como son aplicaciones en nuestra red social para hacerse con los datos de nuestros contactos en la red (sus direcciones de correo electrónico) y hacerles llegar mensajes en nuestro nombre e invitándoles a participar en nuevas redes, foros o utilizar ciertas aplicaciones. (Durante las últimas semanas, varios de mis amigos han recibido, por ejemplo, la invitación -en mi nombre- a publicar su curriculum en una red social sin que yo lo supiera y ante la extrañeza de ellos).
(3) Las empresas responsables de estos mensajes basura incluso llegan a utilizar esas listas de contactos para enviarles mensajes fraudulentos, que les reenvían a páginas no solicitadas y, en muchas ocasiones, infestan sus ordenadores con virus, que a veces no son sino "inofensivos" troyanos que hacen de las suyas en el sistema operativo, pero que otras son verdaderos "espías" que se sirven de la información de la computadora que les hospeda, incluso datos que no les serían nunca dados de otra manera y que en manos de ciertas personas pueden ser perjudiciales. (4) Por otra parte, la lucha contra el spam, mueve también un gran volumen de negocio (lo cual puede hacernos pensar que los mismos que nos venden software contra el spam son quienes nos lo envían...), mientras que las compañías idean nuevas y cada vez más sofisticadas maneras de ganarse nuestra confianza (por ejemplo, en la zona del asunto nos hacen propuestas adecuadas a nuestros intereses, gustos, etc... que nosotros hemos dado ya en nuestro perfil de Internet). Por lo que parece que el fenómeno, lejos de erradicarse, puede ir a más y convertirse en una de las lacras de la red, que debería deshacerse de este correo parásito para ganarse nuestra total confianza.
(C) En conclusión, creo que es difícil evitar que el spam o correo no deseado llegue a nuestro correo, se cuele en nuestros foros o en las redes sociales que visitamos, pero eso no quiere decir que tengamos la guerra perdida. Pero es necesario que tengamos cuidado: no deberemos dar más información de la necesaria en los sitios web visitados, sobre todo ninguna que nos convierta en presa fácil de empresas sin escrúpulos; desconfiar de aplicaciones, páginas web, o mensajes enviados por remitentes que no conozcamos y cuando parezcan conocidos, intentar certificar por otras vías (hablando, por ejemplo) que el emisor es quien dice; antes de "aceptar" las condiciones de acceso a una red, un servicio..., leer qué permisos estamos dando y no dar carta blanca para que puedan utilizar nuestros datos y, sobre todo, cederlos a terceros. En caso de fraude o estafa, denunciar, pese a que aparentemente podamos quedar como "tontos" ante los demás, podremos evitar que el delito quede sin castigo.
Aún y todo, seguramente no podremos librarnos totalmente de estos mensajes no deseados, al igual que no podemos librarnos de los cientos de panfletos que nos llegan al buzón de casa, pero al menos estaremos preparados para que nos hagan el menor daño.

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