Las pasadas navidades el olentzero me trajo un libro, “Millenium I, Los hombres que no amaban a las mujeres”. En un principio no me hizo mucha ilusión, hubiera preferido unos pantalones o una camiseta en vez de un libro. Pero, todo el mundo me decía que era una gran novela y que merecía la pena leerla. Por tanto, aprovechando el tiempo libre, comencé a leerla. Apenas necesité dos semanas. Me encantó. Un tiempo después, en semana santa, leí la segunda parte de la trilogía, “Millenium II, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”. Por aquel entonces, su difunto escritor (Stieg Larsson), ya se había vuelto un ídolo de masas y su obra, la trilogía Millenium, la más vendida en España. El segundo libro me gustó aún más que el primero, y decidí que el tercero, el que supondría el desenlace de la trama, sería aún mejor. Pero, no fue así.

“Millenium III, La reina en el palacio de las corrientes de aire”, es un libro atractivo por el hecho de ser el último de la trilogía, en el que todo el misterio queda resuelto, Pero no fue el que más me gustó. El libro en sí me enganchó mucho, es un thriller lleno de intriga, de persecuciones y de misterio. El problema surge al compararlo con los dos anteriores, especialmente con el segundo, quien dejó el listón muy alto.

Esta tercera novela de la trilogía Millenium va, afortunadamente, de menos a más, y aunque al principio se hace demasiado pesada va mejorando con el paso de las páginas.

Sobre la forma del lenguaje, mientras que los dos primeros tomos son un constante suceso de aventuras y de misterios por resolver, esta tercera parte se hace un poco pesada, puesto que a lo largo de todo el libro abundan las descripciones. Esto en un libro de misterio, acción y trhiller, ralentiza mucho el desarrollo de la historia. Estas descripciones no solo son demasiadas sino que encima son muy extensas. Por un lado creo que es importante que el lector pueda tener una clara imagen del lugar en el que suceden los acontecimientos pero, en este tipo e historias no me parece que sea lo más importante.

En cuanto al contenido se refiere, es una novela llena de intriga y misterio, que muestra la gran capacidad de Larsson de crear suspense. Las ideas están perfectamente unidas entre sí y se trata un tema de gran repercusión social, como es el maltrato a las mujeres, tema sobre el que aparece una cita al comienzo de las partes de cada uno de los libros.

Por otro lado, también nos aporta datos históricos, como al hablar de la Sapo o de los servicios secretos rusos. Eso, es uno de los puntos que hace que la novela resulte lenta. Aunque, objetivamente, veo que son datos necesarios para unir los hechos narrados en la novela con los hechos históricos reales.

Al hablar de los personajes, la principal protagonista es indudablemente Lisbeth Salander. Deduzco que la reina a la que se menciona en este tercer libro, es ella. Es una persona muy sorprendente (hacker, rara y antisocial), que ha sufrido mucho durante su vida debido a su aspecto de desfavorecida e ignorante. Es victima de varios maltratos a lo largo de la novela y siempre es capaz de hacer frente a todos ellos. En mi opinión es un ejemplo a seguir de la fuerza que deben tener las mujeres ante las adversidades.

El co-protagonista de la novela es Mikael Bloomkvist, quien en un principio parece compartir protagonismo con Lisbeth pero finalmente es simplemente otro personaje más, ya que Lisbeth se convierte en la protagonista casi absoluta.

En cuanto a los personajes secundarios, hay una gran cantidad de ellos. Eso provoca la facilidad de perderse en algunos puntos concretos, con tanto nombre de personas, de países o de entidades o datos numéricos.

En conclusión, la trilogía Millenium es una colección de gran calidad que cuenta una historia fascinante centrada en una investigación periodística sobre el tema político, jurídico y policíaco. Personalmente me ha encantado y la recomiendo sin dudarlo, eso si siempre habiendo leído previamente las dos partes anteriores. Sino, no sería posible entender nada sobre esta última parte.

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