Un ser vivo, no un juguete


Muchas personas, niños, adultos y ancianos, quieren tener un animal, una mascota, pero antes de meter uno en una casa, debemos pensar en las diversas condiciones y en el trabajo que eso supone. Muchas veces, los compramos guiándonos por nuestros sentimientos, por el simple hecho de que pensamos; “qué bonito es” o “qué cariñoso” convirtiéndolo en un error o problema.

Ahora que llegan las navidades, la venta de animales y mascotas, sobre todo la venta de perros, aumenta, bien en las tiendas de animales, bien en las perreras, aunque el numero de ventas en las tiendas es claramente mayor, pues la mayor parte de las compras se debe a los caprichos que los padres quieren dar a sus hijos con un cachorro de mínima edad tomándolo éstos como un juguete. ¿De verdad le vemos similitud a un ser vivo con un juguete? Ese es el problema, los animales no son juguetes, son seres de compañía. Un animal necesita atención, cariño y supone muchos gastos. Pero no es en eso en lo primero que piensa uno cuando hace la compra, sin darse cuenta de que añade un miembro más a la familia, y con ello, la obligación de comprar comida, sacarle de paseo y asearle. Teniendo en cuenta que un animal doméstico no se vale de sí mismo, todas las tareas anteriores son labores que a uno, comprometido a ser su dueño, se le añaden a la agenda.

Otro de los problemas destacados es el aumento de abandonos al de unos pocos meses de las numerosas compras anteriormente mencionadas. Los animales, al igual que los humanos, crecen y empiezan a crear problemas en esas casas que no están adaptadas a ellos y aumentas aún más los gastos, pues empiezan las enfermedades, revisiones y visitas al veterinario. Mucha gente, al llegar a esta situación, decide abandonarlos para evitar problemas, bien económicos, familiares o de cualquier otro tipo. Pero ya es demasiado tarde, esa no es la solución, hay pasos que son demasiado importantes como para darlos sin antes reflexionar.

Si tan humanos somos para aceptar a un animal como un perro como miembro de la familia, ¿por qué no somos igual de humanos para darnos cuenta del daño que podemos hacerles al abandonarlos?

Mediante este artículo me gustaría pedir a esas familias que tienen o desean tener una mascota, que antes de hacerlo se paren a reflexionar en todo lo que eso supone, para más tarde encontrarse frente a esa situación tan difícil de no saber qué hacer con el pobre animal.

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