El fútbol ¿solo un deporte?




Hoy en día cuando una persona piensa en el fútbol, se le viene a la cabeza diversos famosos equipos del mundo. Te imaginas una tarde de domingo, reunido con tus amigos para ver el encuentro en el bar de siempre. O recuerdas los felices y amargos momentos que as transcurrido en el campo o estadio de tu equipo… Pero si piensas más profundamente, vas recordando que el fútbol no solo es un deporte, puede ser algo más. Puede que más de uno al leer esta introducción este pensando que en este artículo se va a explicar el fútbol, los sentimientos que produce y todo lo que se suele explicar con este tema. Pero no va a ser el caso. Dejando a un lado esta disciplina deportiva y centrémonos en lo importante, la violencia en los campos de fútbol.

La violencia en los campos de futbol empezó por el año 1300, cuando se practicaba un juego llamado “fútbol de carnaval”. Este deporte era similar al futbol, pero tuvo que ser prohibido por los reyes de la época puesto que generaba demasiados altercados, e incitaban al público y a los propios jugadores a la violencia. La primera aparición de violencia en el fútbol moderno, el que se juega hoy en día, fue en 1885. Éste año se disputo un encuentro entre los equipos ingleses de “Preston North End” y “Aston Villa” el cual termino en una brutal pelea entre los componentes de ambos equipos. Estos hinchas violentos son llamados por diferentes nombres, pero los más conocidos son los “hooligans” y los “ultras”. Hoy en día, a los países que más afecta este tipo de violencia son lo de América Latina, pero el país más destacable es Argentina. Por lo menos 220 personas han muerto a lo largo de los años en un partido de futbol y muchas más personas han sido heridas en éste tipo de incidente.


El fútbol no solo ha causado trifulcas de unas horas, sino que también ha causado conflictos políticos. En el año 1970, en los encuentros que tuvieron que disputar las selecciones de Honduras y el Salvador para la clasificación del Mundial de México, de producirse una pelea entre las dos aficiones rivales, se convirtió en un conflicto entre los dos países. La guerra se llamo “Guerra del Fútbol” y en los varios días que duro murieron varios miles de personas, pero se evito una mayor matanza gracias a la rápida actuación de los países vecinos. No me puedo creer que los jefes de estado, a raíz de un partido de fútbol, consigan una escusa barata para atacar otro país, me parece muy lamentable por su parte.

O también es destacable la repercusión que ha tenido el partido clasificatorio para el Mundial de Sudáfrica, entre las selecciones de Egipto y la de Argelia. La victoria de Argelia provoco muchos altercados y disturbios. En estas celebraciones murieron varias personas y otras muchas fueron heridas.


Una de las tragedias más conocidas por los equipos que la disputaron y por el número de muertos y heridos que causo fue la del estadio de Heysel. El 29 de mayo de 1985, se disputo la final de la Copa de Europa en Bélgica entre la Juventus de Turín y el Liverpool. Los aficionados del Liverpool se abalanzaron sobre los hinchas de la Juventus produciéndose 39 victimas mortales (entre las cuales murieron dos niños) y más de 600 heridos. Y yo me pregunto, ¿esto es normal? En la sociedad civilizada en la que nos hemos convertido, no es normal que porque otro grupo de gente sea de otro equipo o ideología, se creen estas bochornosas disputas.


Aunque nos parezca que estas acciones violentas solo ocurren en otros sitios, también se han dado casos en la liga española de fútbol, pero no han sido tan violentos como para causar la muerte de algún jugador o espectador. Se pueden nombrar diferentes agresiones, por ejemplo, la “locura” de Pepe contra los jugadores del Getafe, la pelea en un partido de la liga de campeones entre los jugadores del Valencia y el Inter de Milán ( http://www.tu.tv/videos/pelea-valencia-inter-de-milan ) o el botellazo que recibió Armando (portero del Athletic).


Teniendo en cuenta lo que anteriormente se ha mencionado, podemos decir que jugar al fútbol o verlo desde la grada puede ser peligroso, porque como hemos podido comprobar, tanto los aficionados como los propios futbolistas pueden sufrir desgracias. Para que no ocurra esto se podría aumentar la seguridad de los estadios, pero aun así, seguirían produciéndose actos violentos. Por ello lo mejor sería que la gente pensara un poquito con la cabeza y que solo fueran a ver el partido.


A fin de cuentas, el fútbol solo es un deporte, nada más...

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