Simbiosis o parasitismo


Cuando en 1978 se aprobó la Constitución Española mediante referéndum también se aprobó la monarquía. El rey Juan Carlos I. que fue nombrado jefe de estado en 1975 tras la muerte de Franco, por fin era nombrado de manera legítima pero no del todo democrática soberano del estado español. En dicha Constitución se le otorgaban numerosos privilegios y derechos, tales como la sanción y promulgación de leyes, convocar y disolver las Cortes, el mando supremo de las Fuerzas Armadas, el alto patronazgo de las Reales Academias, inmunidad absoluta ante la ley y la garantía de mantener su buen nombre en la prensa. En los años posteriores de su mandato participó activamente en la política española, y tras el apoyo que ofreció a la recién formada y todavía débil democracia española en el golpe de estado fallido perpetrado por el militar Tejero en 1981 su popularidad y aceptación entre los españoles aumentó sobremanera. Aún así en 1982 cuándo Felipe González asumió la presidencia, el rey se retiro de la vida política y se dedicó a tareas más dignas como comprarse yates, matar osos borrachos rusos y rumanos y disfrutar de unas perpetuas y bien merecidas vacaciones, como si la vida se tratara (a él que tanto le gustan los barcos) de un crucero con todo incluido, él se hospeda en la suit dé la cubierta seis y el resto de los mortales viajamos hacinados en las cubiertas inferiores. Los viajes que realiza con el fin de cumplir con sus obligaciones de representante español y el hospedaje en países extranjeros están completamente financiados por el Ministerio de Exterior y la preservación de sus numerosos palacios está a cargo de un fondo para la restauración del patrimonio monumental español.
Por tanto no veo la necesidad de proporcionar una cantidad tan elevada como 9 millones de euros anuales a la casa real, ya que en la Constitución se estipula, que debe proporcionarse al rey lo necesario para poder cumplir con su labor libremente, y acaso no puede el rey desempeñar su valiosa e innecesaria labor con total libertad en un piso de 100 m2 y llevando una vida austera y sin grandes concesiones como la mayoría de sus humildes súbditos.
Sí, la monarquía fue aprobada hace 31 años por ciudadanos españoles extenuados e impacientes que sólo querían la desaparición de un régimen totalitario, demasiado ansiosos y temerosos como para leerse la letra pequeña. La mayor parte de la población española actual era menor de edad o no había nacido cuando la Constitución fue aprobada. Por tanto considero pertinente la celebración de un nuevo referéndum para los españoles y que en base a ello, se redactase de una nueva Constitución, en la que quizás quedasen por fin exentos del majestuosísimo linaje Borbón que lleva beneficiándose de ellos desde1700.

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