¿DÓNDE ESTÁ EL SENTIDO COMÚN?

Los humanos somos la especie dominante del mundo por excelencia. Estamos en todos los lugares del planeta siendo las bacterias las únicas que nos superan en extensión, sin embargo, no tienen la capacidad de influir en el planeta como nosotros, por lo tanto tenemos el poder de cambiar el mundo y ha sido esta capacidad la que está creando nuestra destrucción, es decir el calentamiento global. Por eso, como somos nosotros los culpables, deberíamos resolverlo.

En mi opinión estamos acostumbrados a ser muy egoístas y a hacer lo que a nosotros nos conviene sin tener en cuenta los demás, por eso a la hora de actuar nos cuesta mucho porque no nos importan las generaciones futuras, sino nuestra comodidad y como los resultados de nuestro esfuerzo no van a ser visibles ni a corto ni medio plazo, simplemente nos despreocupamos.

Otro factor muy importante en nuestro cambio de vida que nos impide actuar es el de las ciudades. Éstas nos crean una sensación de miniaturismo. Somos masas, números y creemos que nuestros cambios de vida no van a tener consecuencias, pero la unión hace la fuerza y las pequeñas acciones se vuelven grandes y efectivas entre todos. Por eso las clases medias tienen el poder de cambiar las cosas, además de los gobiernos. Las huelgas son el reflejo de la fuerza que puede tener la sociedad. Además gracias a ese poder en 1789 se cambió de sistema político, ya que la revolución francesa dio pie a ello.

La mayoría de la población no quiere actuar porque aparentemente es muy costoso sobrellevar una vida ecológica y sostenible, sin embargo, esto no es verdad. Últimamente las personas concienciadas tratan de reducir el consumo de electricidad, al igual que las emisiones de sus coches, haciendo un uso más responsable de la energía y usando transportes públicos, o utilizando transportes que no necesitan de motor, como las bicis o andar. Estas medidas no exigen mucho esfuerzo y tienen una influencia directa en la economía, porque así ahorran mucho dinero. Además, ya hay mucha gente que instala paneles solares en los tejados de sus casas y aunque sean muy caros, siempre se acaban amortizando.

Las medidas de la población causarán grandes cambios, sin embargo, para ser más efectivos se necesita que los gobiernos actúen, así los esfuerzos hechos por los ciudadanos se verán reforzados y serán más eficientes. En muchas ocasiones, sobre todo los países más desarrollados, argumentan que crear energía renovable es muy caro, y que ese dinero se puede invertir en asuntos más rentables, sin embargo se equivocan. Las inversiones siempre son caras, pero una buena apuesta siempre acaba siendo rentable y es un negocio seguro ya que todo el mundo necesita energía. Además, este tipo de energía se está empezando a desarrollar y cada vez hay más demanda, por lo que cualquier país que consiguiera alguna forma de producir energía más eficiente que las que existen hoy en día, se enriquecería enormemente y, ¿no es eso lo que todo país busca?

Además, las actuales formas de conseguir energía son peligrosas y crean anualmente grandes catástrofes: las emisiones de centrales térmicas o de industrias causan problemas respiratorios, como por ejemplo en el la zona de Bizkaia, los altos hornos han causado la mayoría de los casos actuales de asma. Otras centrales potencialmente peligrosas son las nucleares, que ya crearon el desastre de Chernovil y que además sus residuos tóxicos no se reciclan en millones de años.

Está claro que el que no actúa no es porque no puede sino porque no quiere, pero sale rentable, tanto económica como saludablemente hablando. Además para apaliar las consecuencias del cambio climático, los países tendrán que gastar muchos millones como han hecho en Londres con unas compuertas mecánicas, consiguiendo así frenar las subidas de mareas más fuertes.

Cambiando nuestros hábitos, lograremos evitar un mal mayor en un mundo que ya ha empezado a cambiar y que está dejando ver lo que en un futuro no muy lejano podrá pasar. Pero en ese entonces ya no habrá vuelta atrás y tendremos que asumir nuestro destino, la destrucción de miles de años de evolución.

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