Cometas en el Cielo

Me parece apropiado empezar haciendo un resumen del libro que he escogido para la lectura, para así haceros posible la comprensión de el comentario que me dispongo a desarrollar, pero no por ello voy a centrarme en ese aspecto, sino que me gustaría hacer una estructura que me permita ir comentando y evaluando de cierta manera los distintos acontecimientos o situaciones presentadas en “Cometas en el Cielo”, primera novela escrita por Khaled Hosseini.
Así pues, se trata de la historia de un niño musulmán llamado Amir, el cual transcurrió su infancia en Kabul, Afganistán, de donde se marchó junto a su padre en el comienzo de la invasión Rusa previa a los Talibanes, quienes impusieron violencia y un fuerte despotismo. En su estancia en Kabul, Amir mantiene una fuerte amistad con el hijo del criado de su familia, un niño hazara realmente humilde y noble. Pero cuando Amir presencia la paliza y violación de su amigo y sirviente Hassan, no es capaz de salir en su ayuda, y ese es el terrible hecho que le atormenta y le llena de culpabilidad durante el resto de su vida.

Khaled Hosseini, el autor de esta embriagadora obra, es un médico musulmán que huyó a Estado Unidos en el mismo momento de la invasión protagonizada por los Talibanes narrada en su novela, algo que lleva a considerarla como una obra autobiográfica. Fui consciente de ello antes de leer el libro, por lo tanto, fue interesante el hecho de ir descubriendo ese aspecto autobiográfico a lo largo de la lectura, puesto que mi lectura se transformó en algo intenso y realmente me causa mucha impresión.

El libro entero está inundado de violencia, injusticias y situaciones que no conllevan más que a hechos sangrientos y crueles. Pero son esos mismos hechos los que dan paso a presentar la más embriagadora nobleza y humildad de muchos de los personajes, que son capaces de poner en riesgo su propia vida, para no permitir comportamientos inhumanos y miserables. Es una novela en la que los sentimientos, emociones y acciones más extremas de la humanidad se desarrollan y son presentadas para crear una verdadera obra de arte que es capaz de sumergir al lector, como es mi caso, en una reflexión sobre aquello de cuya posible existencia muchos de nosotros no somos conscientes. Toda esa mezquindad impuesta por los rusos y Talibanes en este caso, todos esos hechos que me han sacado interminables lágrimas durante mi intensa lectura, son cosas que realmente, y actualmente, por muy duro que se me haga de creer, suceden. Continuamente ocurren violaciones, palizas sin ninguna razón, discriminaciones racistas y muchas más acciones que en nuestro “mundo de hadas” no creemos posibles.
Todo esto es acompañado de unas descripciones magníficas, con especificaciones que resultan muy efectivas y creando así ambientes extraordinariamente acertados.

Hay una parte de la novela que me gustaría remarcar. Se trata del punto de vista del padre del niño protagonista, ante el problema de los pecados. Es una conversación que mantienen entre ambos, en la que el padre, le explica a su hijo como el mayor de los pecados es robar, y como los demás no son más que pecados creados a partir de ese mayor. Así es como le explica que al mentir, no estamos más que quitándole a aquel al que mentimos su derecho a la verdad; y de la misma manera, cuando matamos a alguien, le quitamos su derecho a vivir. Esta reflexión me pareció muy peculiar, se deja ver como existen muchas distintas maneras de ver las cosas.

Me gustaría acabar comentando la sensación final que está novela me dio oportunidad de experimentar. Es importante mencionar que es un libro que me ha hecho derramar lágrimas repetidas veces, y es eso lo que más me impacto y me hizo pensar. Me llegué a sentir egoísta de cierta manera, ¿como es posible que yo viva sin ningún tipo de obstáculo que tenga el menor parecido a los presentados en la novela, cuando hay gente que tiene que soportar y superar esas cosas una detrás de otra? Pero creo que al final no podemos más que vivir con lo que nos ha tocado, en toda vida hay obstáculos que superar, es cierto que ha algunos les tocan los mas duros, pero también es cierto que no todo el mundo está preparado para todo tipo de problemas. No por ello deberíamos limitarnos simplemente a vivir lo nuestro, sino que los que de verdad podemos, deberíamos prestar ayuda en la medida de lo posible, siempre que así lo sintamos.

Siento la necesidad de recomendar este libro a todo aquel que aprecie la lectura, puesto que lo veo apropiado para todo tipo de personas, y creo que de la manera que me ha afectado a mí, podría hacerlo con mucha gente.
Me resultaría muy interesante conocer los sentimientos, emociones y pensamientos que afloran en futuros lectores de esta profunda obra.