La vaca ambizurda

(I)Sobre el parqué dos equipos. Una controla la pelota llamada gobierno y hace lo imposible por mantenerla en su poder. El otro equipo hace también todo lo que está en su mano por quitársela. Al acabarse el tiempo reglamentario (cuatro años), si el equipo con posesión de balón lo ha mantenido sin problemas se le da un punto y continúa con el balón. Sino, pasa al contrario. ¿Es la nueva sensación deportiva mundial? No, es la política actual.


(T)Y es que la política actual está en decadencia, en la UVI, a punto de cruzar es tunel que lleva a la luz, la delgada línea roja de la demagogia y el populismo barato. (a1)Los dos partidos mayoritarios ya no se acuerdan ni de cual es su ideología y cualquiera de los dos vende todos sus ideales por un cuatrienio en el trono. El trabajo de los políticos debería ser buscar el bienestar de la sociedad en general. Quizás incluso se les permite ser un poco más interesados y buscar el bienestar de sus votantes en general. Pero ni lo uno ni lo otro se cumple. Solo buscan su ascenso al poder y una vez lo consiguen se aferran con uñas o dientes, dispuesto a luchar contra viento y marea contra todo aquel que ose profanar su sacro gabinete. ¡Otro gallo cantaría si semejantes titánicas y hercúleas fuerzas- las del que quiere subir y el que no quiere bajar- se usasen conjuntamente para buscar soluciones a los problemas de la gente!


(A2)Otro asunto graciosísimo son las crisis del gobierno, sean estas de cualquier tipo, el secuestro de un pesquero, un atentado, la economía o el hundimiento de un petrolero. El de la oposición se relame puesto que ve ahí una oportunidad de oro para bombardear a su rival, mientras el gobernante tiembla de miedo. ¿Miedo por las vidas de los pescadores, por la economía de tantos y tantos parados, por las especies marinas rebozadas en fuel? No, miedo por su puesto, por su continuidad en el poder.


(a3)Por todo esto, se puede decir que el parlamento es un corral de teatro en el que se discute sobre las características de la vaca –Marian dixit-. Mientras un grupo parlamentario alega que la vaca tiene cuernos y debe ir a la cárcel por tenencia ilegal de armas, los otros, sin ni siquiera buscar seguir con el tema, prefieren discutir sobre si la vaca tiene que tener derecho a cortarse el rabo sin permiso de sus padres o no. Por supuesto la vaca es multiforme, y lo mismo se convierte en un feto abortado que en un cuento tan ultrasexista y tan perjudicial para nuestra sociedad que podría traernos la desgracia más absoluta como es el de –oh, tiemblo al pronunciar semejante blasfemia- caperucita roja. Como todos sabemos, asuntos que ocupan nuestra mente día sí y día también, tema de conversación de todas las tertulias y bares, el cambio de agujas que modificará el rumbo de la sociedad.


Así que, mientras sigan discutiendo sobre nuestra amiga cornuda, que vote la vaca. Seguramente le sucederá como a mí, que no sabiendo qué dice cada uno, no sabrá decantarse por uno u otro de los dos superpartidos y cuando le pregunten si es de derechas o de izquierdas deberá contestar que es una vaca ambidiestra. O ambizurda.

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