Anna Karenina Lev Tolstoy

Ya que el objetivo de este resumen es el mero hecho de probar que nos hemos leído el libro escogido yo voy a dejar de lado el argumento de la obra plagado enredos, desamores y dramas como una telenovela, tampoco voy a versar sobre lo que Tolstoy pretendió transmitir, de cómo el libro es una crítica de la sociedad burguesa de la época y Nicolai Lyovin es un alter ego del propio Tolstoy en el que refleja su progresión ideológica y biográfica. No, yo voy a escribir sólo de dos cuestiones. Las dos que me han impresionado, y por tanto las únicas que merece la pena mencionar. Por un lado al coger Anna Karenina puedes pensar menudo ladrillo haber quien se lee eso menudo tostón, pero al empezar a leer el libro te quedas enganchado, no por la trama sino por las descripciones y las divagaciones de los personajes. Al terminar el libro la trama más o menos se te olvida pero en cambio la sensación de haber sido capaz de meterte en el cerebro de alguien no se va, mi única motivación para seguir leyendo el libro era poder leer esas descripciones ultra detallistas, las meditaciones filosóficas de Lyovin y las preocupaciones y angustias de todos los personajes. La verdad es que Tostoy era un genio del realismo. La otra cuestión que me impresiono fue ver la injusticia, malestar y desigualdad que había en la sociedad rusa de aquella época. Es curioso ver como Tolstoy, como gran retratista de esa época nos muestra la vida de los labradores y los consejos rurales de los pueblos, soviets, en los que reunían, ya que fue en esas mismas asambleas donde se fraguaría tiempo después la revolución de los soviets. El nos lo describe sin saber tiempo después lo que acarrearía. Por tanto a mi el libro me ha servido para comprender las razones de la revolución de 1917 leer como vivían protagonistas de la obra, la aristocracia, rodeados de lujo y comodidades mientras los campesinos se morían de hambre. No me extraña que se levantasen contra eso. Aunque lo mas importante que hay que decir es que me ha encantado el libro y eso que no soy una romántica.