Mi plan para un domingo lluvioso por la tarde suele ser sentarme en el sofá a desperdiciar el tiempo de la manera más placentera posible. Pero desde que me he propuesto leer el periódico todos los domingos me esta resultando imposible. Mi peripecia con el periódico me recuerda a la del famoso Indiana Jones con el arca perdida, en cuanto lo abro empiezan a salir desgracias como si de la caja de Pandora se tratase: inundaciones o sequías, masacres o sobrepoblación, inflación o deflación… una larga lista de desgracias si fin. Yo como buen europeo me escandalizo por un minuto, me horrorizo, me digo que tengo, que tenemos que cambiar las cosas que así no se puede seguir pero al mismo tiempo me desmoralizo me entra la pereza y me digo que total por uno entre 6000 millones que no haga nada no pasa nada. Si así es así como en el mito griego en este arca el único mal que queda atrapado y no logra salir también es la esperanza.
Todos los días vemos nuevos desastres y los ilusos e idealistas creemos que será la última gota que colme el vaso y que algo cambiara, que el mundo abrirá los ojos y reaccionara. Pero como siempre nada cambia todas la promesas vacías quedan en nada, todo sigue igual que antes o peor. Los problemas mundiales son una bola de nieve que rueda colina abajo aumentando de tamaño de manera vertiginosa hasta que algún día nos aplaste a todos. Lo peor de ellos es que aunque no los hayamos creado nosotros somos parte de ellos, aunque a veces de sólo sea de manera inconsciente o como mudos testigos, y además se supone que somos nosotros las “generaciones futuras” las que tendremos que solucionar y lidiar con ellos, nosotros seremos los que decidamos el futuro del mundo lo que pasa es que ese futuro esta condicionado ya que vivimos en un mundo con cáncer terminal. Nuestra esperanza de vida va disminuyendo cada vez más y los que controlan el mundo son incapaces de tomar medidas efectivas y ponerse de acuerdo como ocurrió en Copenhague, a ellos les da igual que en 100 o 50 años vaya a haber millones de desplazados por culpa del cambio climático. Solo se preocupan de seguir enriqueciéndose explotando de manera ilimitada la tierra y sus habitantes y como dentro de cincuenta años no estarán aquí les da igual lo que pueda pasar para entonces.. Bien pues yo querría recordar a los presidentes, papas, jefes de multinacionales, capos de mafia, jeques, reyes y de mas fauna que como dice un proverbio indio la tierra no es una herencia de sus padres sino un préstamo de sus hijos, y tal como todos los que vivimos en el sistema capitalista sabemos los prestamos hay que devolverlos y encima con intereses así que ya pueden empezar a ahorrar porque me da a mi que muchos de ellos tendrán que negociar con el gran banquero, léase Jesús, Ala, el karma o la razón como creía Kant para que no les embarguen su pisito en el cielo.