¿Estudias o trabajas?

Es inadmisible que hoy en día una gran cantidad de jóvenes vivan su vida a través de sus padres. Hablamos de individuos entre dieciocho y treinta años aproximadamente, que deberían intentar ser auto-suficientes a esa edad. Desde su punto de vista es preferible aprovecharse del trabajo y esfuerzo de otros en conseguir dinero que hacerlo por ellos mismos, lo que preocupa a sus progenitores. Quizás sea la causa la vida tan fácil que viven ciertos jóvenes, ya que son muchos los padres que los miman y no les niegan nada, hasta el punto de que no valoran ni lo mas mínimo todo lo que tienen.
Es paradójico el hecho de que para algunos aspectos de su vida no se sientan tan unidos a la madre y al padre. Cierto es que para las necesidades primarias y, no tan primarias, acudan a donde ellos. Entre otras cosas, para salir libremente de fiesta e irse de vacaciones, en cambio, parece que fueran invisibles los que todo les han dado. A consecuencia de esto, es mayor el número de personas que con treinta años siguen bajo el techo de los padres. El motivo no es simplemente que los precios de las viviendas estén por las nubes, sino que como en casa de tus progenitores no se vive en ninguna parte. Mediante el "hotel gratuito", por decirlo de alguna manera, olvídate de las tareas de la casa y de cocinar, puesto que eso no entra dentro de esta forma de vida.

Este comportamiento subvencionado, es algo como para preocuparse, ya que cada vez abundan más los caraduras que optan por ser las máquinas tragaperras de sus padres. Se acaba de estrenar un programa de televisión basado en estos ciudadanos llamado la "Generación NI-NI" (ni estudia ni trabaja), donde ocho jóvenes se enfrentan a una vida apartada de sus padres y con varios proyectos que cumplir. Aún así, estos concursantes que reflejan la juventud y su actitud de una forma exagerada, la noche antes de presentar un trabajo, se dedicaron a emborracharse. Al mismo tiempo, este reality también sirve de terapia para los padres y madres que ven esos casos y ayudan a que valoren más a sus propios hijos.

Está claro la culpa de todo esto la tienen los padres. Si se muestran pasivos y dejan que sus hijos hagan lo que les de la gana, esta sociedad irá de mal en peor. Es por eso por lo que se deberían plantear el hecho de obligarles a estudiar o a trabajar, incluso echarles de casa en los más desesperantes casos, por el bien de sus hijos. ¿Acaso es imposible que los jóvenes de hoy en día se independicen? La respuesta la tienen los padres.

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