¿Un verdadero plan?

Como por todos nosotros es sabido, en el siguiente curso comenzará el denominado “Plan Bolonia”. Dicho plan cambiara por completo el sistema de enseñanza en las universidades, el sistema que hasta ahora hemos tenido, por otro mas innovador, mas modernizado, que permitirá que los/as estudiantes, tengamos la misma formación en cualquier universidad de la UE, permitiendo así, ejercer como profesional en cualquier país extranjero dentro de la comunidad europea. Hasta este punto no hay nada fuera de lo normal, no hay nada por lo que preocuparse, todos los cambios, al parecer, van a beneficiar a los estudiantes. Pero entonces, ¿De donde vienen esas continuas protestas hacia el “superplan” Bolonia? ¿Donde esta la trampa de todo esto? ¿Que es lo que no nos han contado? Es verdad que el “Plan Bolonia” traerá consigo algunas mejoras, algunas de ellas anteriormente citadas pero también traerá numerosos inconvenientes.
En primer lugar, cabe decir, que la educación es un derecho, un derecho que deberían tener todas las personas. Es un servicio público, al servicio de los intereses de la comunidad y no de las empresas privadas. Con este Plan la UE responde a la demanda de estas y no al de los/as estudiantes. Nadie a consultado a los/as estudiantes acerca de este cambio. Con esta reforma no se pretende conseguir una mejora de las universidades, sino, como antes he dicho, satisfacer la demanda de trabajadores que tienen las empresas privadas.
En segundo lugar, quieren poner un tipo de estudio postuniversitario, llamado postgrado el cual no será una maravilla. Este curso se podrá realizar después de haber terminado la carrera de cuatro años y sustituirá al hoy en día “quinto año de carrera”, con la única diferencia que este curso será de algún campo específico (por ejemplo en energías renovables) y costará bastante mas dinero, unos 2000 euros, con una clara intención de hacer caja. Pero lo peor de todo es que han declarado estos precios como “precios públicos”, esto es, asequibles para cualquier persona. Simplemente vergonzoso.
Además, resulta, que con esta reforma quieren suprimir carreras que no dan dinero, o beneficios de algún tipo, esto es, las llamadas “carreras de humanidades”. La historia, la filosofía, la geología…resulta paradójico que los que creen guiarse por los criterios de la ética y la lógica estén intentando ahora acabar con ella, alegando que, simplemente, este tipo de carreras no dan ningún tipo de beneficio. Donde ha quedado la cordura de los “máximos” mandatarios. La filosofía o la historia, a pesar de lo que piense la gente son mas que necesarias. Al paso que vamos, las generaciones futuras dominarán las leyes de la genética, pero, no sabrán lo que es correcto y lo que no, no sabrán nada acerca de la moral, o del pasado el cual es más que importante para entender el presente. Pero seguirán produciendo, seguirán siendo maquinas de producción humanas, seguirán dando dinero y sin embargo no tendrán la capacidad para decidir porque no se les ha dado a elegir. Serán más maquinas que obedecen ordenes que humanos.
La verdad del afamado “Plan Bolonia” es esta. Solo hemos visto lo que nos han querido enseñar y ahora que la gente se empieza a percatar de la gravedad de la situación ya es demasiado tarde, cuando solo nos queda acloparnos a lo nuevo. A lo que hay.