El maestro de esgrima

El maestro de esgrima se trata de una novela del famoso escritor Arturo Pérez-Reverte. En ésta se describe una historia en la que se entrelazan misterio, amor y política en la España del siglo XIX.

El personaje principal, Jaime Astarloa, es uno de los mejores maestros de esgrima del país, pero que ya cuenta con avanzada edad. Cuando un día se le presenta la oportunidad de dar clases a una mujer, éste la rechaza completamente, ya que nunca había dado clases antes a ninguna mujer y no quería cambiar sus costumbres. Pero, finalmente, y después de poder presenciar las magnificas dotes de la señorita Adela de Otero para el arte de la esgrima, decide aceptar la oferta. Así es como empieza todo el embrollo en el que el maestro se ve sumergido. La presencia de la señorita hace que Astarloa empiece a enamorarse de ella, pero éste, a su vez, intenta evitarlo. De esta manera, llega la muerte de uno de los clientes del maestro, el marqués Luis de Ayala, después de que este último y Adela se conociesen. Con esta muerte, empiezan a encadenarse acontecimientos relacionados entre sí, y que llevan al maestro a tener que jugar una baza muy importante en su resolución. La historia termina con la muerte de la señorita a manos del propio Jaime Astarloa, en un encarnizado duelo de esgrima entre ambos, y mediante el que el maestro consigue encontrar su Grial, la más perfecta estocada surgida de la mente humana.

Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención ha sido la manera en que está distribuida la historia en sus principios. Ésta se encuentra, por decirlo de alguna manera, separada en cuatro zonas o actividades que lleva acabo el maestro Jaime Astarloa. Por una parte está el entorno en el que el maestro práctica esgrima con su cliente y amigo el marqués Luis de Ayala. Por otra parte el lugar donde Astarloa y sus contertulios se reunen para mantener sus disputadas conversaciones, y también hay que tener en cuenta las clases que da a los jóvenes muchachos. Por último, y quizás la más importante de todas, es la actividad que mantiene con la señorita de Otero, con sus clases de esgrima y sus conversaciones llenas de pasión contenida.

Otra de las cosas curiosas es la relación que une a los contertulios de el Progreso. A pesar de las diarias disputas que mantienen sobre todo Agapito Cárceles y Don Lucas Rioseco, lo que les une a estos cinco personajes es el consuelo que encuentran el uno en el otro a sabiendas de que su fracaso es compartido, no un hecho aislado, como el propio autor nos dice.

En general, este es un libro que me ha gustado bastante por su variado contenido y sobre todo por su fantástico final, en el que la señorita Adela "resucita" de entre los muertos para mantener una dura disputa con el maestro Jaime Astarloa.

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