Realmente me considero una de esas típicas personas que tras elegir una novela negra que normalmente engancha a cualquiera, intenta mover cielo y tierra para llegar a descubrir al asesino antes de que ésta lo desvele. Muchas de las veces, se hacen especulaciones sobre quien podría haber sido la persona que consiguió la muerte de la otra; pero en muchas de ellas, los intentos son fallidos. ¡Me encantan! Verdaderamente el hecho de ir especulando detalles tras la lectura para poder dar con tan tenebroso personaje, es algo que me mantiene despierta noche y día en cualquier momento libre que tenga desde el comienzo de su lectura. Eso es precisamente lo que me ocurrió al abrir y comenzar a leer las palabras de Camila Läckberg en su historia
Esta novela negra, comienza con su mayor protagonista, Erica Falk, que tras tiempo dedicándose a la escritura y tras la muerte de sus padres, vuelve a su pueblo natal, Fjällbacka. Allí comienza a hablar con los vecinos que ilusionados por su visita, le preguntan a ver como le va la vida. Al poco tiempo de su estancia en el pueblo, uno de los vecinos que se dedica a ver que todo está en orden y que nada raro ha pasado en casa de una jovencita llamada Alex, se la encuentra sorprendentemente muerta en la bañera. Aquí es cuando comienza la historia, tras algunas falsas hipótesis, se conoce que Alex, amiga de la infancia de Erica, no se ha suicidado; por lo que se encuentran ante un asesinato. De ahí en adelante, la familia de Alex le encarga a Erica una biografua sobre su hija, entonces es cuando Erica hace todo lo posible para descubrir lo que le ocurrió los ultimos 25 años que hacía que no veía a Alex para poder escribir sobre ella; y tras eso, consigue descubrir quien ha sido el que mató a su amiga. Mueve cielo y tierra para lograr datos sobre su pasado y tras hacerse amiga de un policía, finalmente más que amigo, al final dan con tal tenebroso personaje que me gustaría que descubrieseis por vosotros mismos. No me gustaría desvelar ningún secreto ya que sino, la lectura de esta novela no sería lo mismo.
La autora sueca Camila Läckberg que con nada más y nada menos que 4 añitos ya escribió su primera mininovela en la que Papa Noel mataba a su mujer, utiliza entre sus páginas un método de confusión. Utiliza historias paralelas que te hacen pensar que va ha pasar algo pero de repente, todas tus hipótesis se quedan en simples especulaciones que realmente no son ciertas. Por esa misma razón, muchas de las veces piensas que va ha pasar algo o incluso crees que ya has descubierto al asesino cuando de repente las cosas cambian y te ves como cuando empezaste a leer el libro, en blanco y sin idea de quien puede haber sido tal personaje.
He de admitir que este hecho ha sido uno de los principales argumentos por los que la historia me ha gustado bastante. Su rápida lectura me ha enganchado fácilmente en el viaje de descubrir al asesino que no he conseguido saber hasta que Camila ha explicado el porque de todos los hechos. Ha sido como un reto apasionante; por eso, animo a cualquier persona que lea esta novela, sobre todo a aquellas que las novelas negras no les dejan indiferentes.
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