(I)El poeta griego Focílides dijo una vez que ‘’El pueblo, el fuego y el agua no pueden ser domados nunca’’. Una gran frase que me hizo recapacitar bastante sobre (T)el uso del agua. El ser humano ha ido haciendo con ella lo que le ha venido en gana, la ha utilizado para saciar sus placeres, para su propia diversión, e incluso para conseguir el poder sin llegar a dominarla del todo.
(1)Hoy en día es bien sabido que el agua no esta repartida homogéneamente en todo el planeta. Los países poco desarrollados carecen de este bien que nos hace sentir poderosos a los que la tenemos, pero a pesar de que podamos tenerla, no sabemos utilizarla como es debido. No nos preocupa el saber que abunda en la Tierra; ya que abarca los ¾ de nuestro planeta; pero el hecho de que de esa inmensa cantidad, únicamente el 2.8% sea dulce, es algo que debería hacernos pensar sobre el uso que le damos. Pensándolo así quizás no sea alarmante; pero si a la vez comentamos que de ese porcentaje solamente el 0.01% se encuentra en lagos y ríos, se reduce notoriamente la cantidad de agua útil para su consumo.
Sabemos que es imprescindible en nuestras vidas, que sin ella no seriamos lo que somos y los datos preocupantes son los que normalmente nos hacen recapacitar sobre el uso que le damos a este preciado bien; pero tras ello, ¿Realmente hacemos algo para evitar su uso inapropiado?
(2)Actualmente, todo el mundo sabe que al utilizar la ducha, el consumo de agua es menor que si usamos la bañera, aproximadamente unos 70 litros menos. Esa cifra quizás no nos llame la atención lo suficiente, pero así debería de serlo. De la misma manera, bastante población se deja el grifo abierto mientras se lava las manos o incluso los dientes. -‘’Por unos minutos… ¡no va ha pasar nada!’’- En realidad, unos minutos de millones de personas en el mundo se convierten en millones de litros desaprovechados del anteriormente citado 0.01% de agua dulce utilizable. En realidad, ese ‘’No va ha pasar nada’’ se trata de entre 10 y 20 litros de agua gastados por minuto. Señores, ¿Cuanto tardan ustedes en limpiarse los dientes? ¿Un minuto? ¿Dos? Si así fuese estarían gastando más de 30 litros diarios, sin contar a los demás miembros de su familia. ¿Verdaderamente creen que 30 litros por persona son moco de pavo? ¿Saben cuantas personas hay en el mundo? Deberíamos de ser prudentes y no solo pensar que ‘’¡No va ha pasar nada!’’.
(3)El uso indiscriminado que le damos al agua es un sinsentido. El hecho de que la gente utilice el agua como si se tratase de un simple objeto que cuando se le rompe va rápidamente a comprarlo a cualquier tienda del todo a 100, es algo que me crispa hasta la saciedad. No saben que realmente se comportan como verdaderos crios sabiendo la importancia que el agua requiere. Ese tipo de personas son las que van al baño y tras utilizar un simple trozo de papel higiénico, o cualquier otra cosa, lo echan al inodoro ¡Como si fuese una papelera! Si necesitan una en el cuarto de baño… ¡Cómprenla!; no tienen que utilizar el baño de esa manera pudiendo haber ahorrado de 6 a 12 litros contaminando el agua a sus anchas. Esas son el tipo de personas que, a decir verdad, juegan con el uso de este valioso líquido que permite nuestra existencia. Si es que ya lo decían antes… ¡No juguéis con fuego!
Muchas de ellas, se creen que por ser uno de los territorios ya desarrollados, tenemos tanta agua como queremos; por lo que no le dan el valor que se merece.(4) Por esa misma razón, he de señalar que el precio que se le da al agua es algo bajo para la conciencia de quien la usa. Si este valor fuese elevado, la gente la utilizaría con más responsabilidad intentando ahorrar sin desperdiciar ni una gota. Muchas de las personas que intentamos ahorrar agua como podemos, no tenemos porque sufrir los resultados que se obtienen por las personas que hacen con ella lo que les viene en gana.
Imaginemos por un momento que una mañana al levantarnos nos damos cuenta de que nuestros grifos no nos suministran nada de agua, entonces apreciaríamos realmente su valor.
(C)En fin, creo que todos debemos concienciarnos sobre el valor que tiene el agua no solo dándole el precio adecuado para que la gente haga con ella lo que venga en gana; sino recapacitando sobre lo que puede llegar a pasar en un cercano futuro si abusamos de ella como lo estamos haciendo hasta ahora.
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