(I)El fin del curso se acerca, y con él los agobios y las noches sin dormir. En muchos casos, el final del curso no tiene importancia, pero cuando te juegas el poder estudiar la carrera que has soñado desde niño, empiezan tus problemas.
(A1)La presión a la que estamos sometidos los estudiantes por estas fechas, se podría definir como incalculable. Por una lado, se encuentra la nota de corte, que queramos o no, impone. Luego están nuestros padres, que aunque según ellos te presionan con la mejor intención del mundo, acabas de ellos hasta las narices. Y por supuesto, está tu propia cabeza. Cuando empieza el curso, la nota de corte te trae sin cuidado, ya que piensas: “ No te preocupes, relájate, que vas a llegar sin problemas”. Ocho meses después está en juego tu futuro en esos dos alegres numerillos.
(A2) Un mes para acabar el curso, es sinónimo de que la pesadilla va a empezar. Miras la agenda, y ves exámenes escritos en rojo y redondeados por todos lados. Es el comienzo de una era en la vida de un estudiante: la hibernación. Un mes, en el que lo único que vas a poder hacer es estudiar y…seguir estudiando. La vida se remite a cuatro cosas: ir a clase para hacer el examen, ir a casa para seguir estudiando, comer y si te queda tiempo dormir.
(A3) Pasar la noche en vela, para un adolescente sin preocupaciones académicas es sinónimo de juerga. Para un adolescente en el final de curso, en cambio, el significado es agobio y agotamiento. Las noches sin dormir se multiplican, y para cuando te das cuenta llevas tres horas dormidas en cuatro días. Las ganas de mandar todo a freír espárragos están siempre en mente, pero al lado de ellos están los ya más que mencionados dos numerillos.
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