(I) Uno de los tipos de espectáculos más difundidos son aquellos que se realizan con animales. Entre los ejemplos más representativos se encuentran las corridas de toros, en las que los protagonistas terminan muertos tras la lidia. Sin embargo, hay otros ejemplos menos crueles pero que también son discutibles como es el empleo de animales en los circos. En este caso, si bien los animales no mueren, sus condiciones de vida no son precisamente las más adecuadas: pequeñas jaulas, viajes continuos, etc.
Para los distintos espectáculos los animales son utilizados como si fueran objetos sin tener en cuenta que son seres vivos que sufren mientras nosotros nos entretenemos con la función. (T) Es por esto que pienso que se debería reflexionar sobre los derechos de los animales.
(1) En primer lugar nos deberíamos plantear si realmente los animales son “cosas” que podemos utilizar a nuestro antojo o debe existir alguna limitación para evitar su sufrimiento gratuito.
(2) En segundo lugar, en el caso de los espectáculos sangrientos como las corridas de toros, habría que considerar los valores que transmiten: el empleo de la violencia para el entretenimiento, el desprecio hacia los derechos de los animales, el disfrute a costa del sufrimiento del animal, etc. Estos “valores”, además, no parecen los más adecuados para la formación de los miembros más jóvenes de la sociedad.
(3) Por último, seria un buen ejercicio ponernos en la piel de estos animales: ¿Nos gustaría vivir en jaulas de cinco metros cuadrados? ¿Que nos quitaran las uñas y los colmillos y nos obligaran a hacer payasadas? ¿Que nos pusieran en medio de una plaza para ser sacrificados con el fin de que otros se diviertan?
(C) Como conclusión, nos deberíamos plantear si los humanos no tenemos cierta responsabilidad hacia los animales, igual que hacia el entorno o por supuesto hacia nosotros mismos.
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