La intimidad es la habilidad de un individuo de mantener su vida y actos personales fuera de la vista del público. Dicho esto, ¿Crees que tienes algún derecho a tu intimidad? En teoría, si, en práctica, lo dudo mucho.
Todos creemos que durante el proceso de nuestra vida cotidiana, somos invulnerables a la curiosidad de todos los demás por saber cosas de nuestro día a día, como qué nos gusta para desayunar, o como qué tipo de bolígrafos preferimos al escribir. Pero en realidad, estamos indefensos ante la vigilancia ilegal de algunos organismos, pues cualquiera de ellos, sin dificultad, puede interceptar nuestro teléfono, leer nuestro e-mail e incluso averiguar en que páginas web entramos.
Debemos saber, no solo que nos espían, sino que el cacareado derecho a la intimidad es un mito, que hace mucho que ha desaparecido. Según el artículo número 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.” Pero este artículo, como muchos otros de esta declaración, no se cumple en muchos aspectos.
De todas formas, no es el CNI ni la propia policía quien nos fisga, sino otros a los que si les importamos, no porque piensen que tenemos la intención de poner bombas o hacer la revolución, sino por que somos "el consumidor". Por eso, conocernos a fondo, saber nuestros gustos, nuestras pautas de consumo, nuestros deseos, da una ventaja frente a la competencia. Conocer al cliente es un bien irrenunciable en cualquier negocio.
¿Cómo nos espían? Pues de varias formas diferentes. Una de ellas, es por internet. Los buscadores, Google Yahoo, etc., guardan las consultas que hacemos, que palabras clave utilizamos, las web que visitamos, a que hora y por cuanto tiempo nos conectamos, etc. Con lo cual, así pueden conocernos mejor, pero esta no es la manera mas eficaz de fisgarnos.
Otra de las formas de espionaje, son las bases de datos. En principio cualquier base de datos que tenga datos personales unidos a otros de cualquier tipo, son motivo de atención de los fisgones. Listas electorales, guías telefónicas, asociaciones deportivas, listas gremiales o profesionales... Todas ellas valen. Por si sola, una lista no es demasiada información, pero una vez reunidas varias listas, les dan la oportunidad de conocernos con mas precisión.
Pero en mi opinión la mejor de las maneras de vigilarnos es el rastro digital. Cada vez que pagamos con una tarjeta de crédito, cada vez que efectuamos una transacción bancaria, cada vez que llamamos por teléfono, dejamos pista de un pequeño acontecimiento de nuestra vida. Si analizamos toda la información contenida en la factura del teléfono o en el ticket del supermercado, nos quedaremos asombrados de toda la información que pueden llegar a dar.
En conclusión, no creo que podamos hacer nada al respecto, ya que es muy difícil dejar de utilizar el teléfono, dejar de ir al supermercado etc.
Como prueba de todo esto, algún día te llegará alguna carta, algún folleto de publicidad, en la que te ofrecerán productos que vayan acordes con tu personalidad, y entonces, solo entonces, un único pensamiento pasara por tu cabeza: nos vigilan.
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