EL ÚLTIMO CATÓN

El libro “El último catón” de la autora Matilde Asensi es una apasionante novela donde se narran una serie de aventuras en las que junto con los personajes uno se ve inmerso en ellas con la misma intensidad como cuando se ven películas de Indiana Jones.
La narración en estos tramos es tan ágil y atractiva que el lector se desliza por las líneas con el ansia y angustia que producen las ganas de llegar a la salida, a alcanzar la solución de cada una de las pruebas, con el fin de culminar un viaje, el viaje que se convertirá en la búsqueda de la perfección, de la felicidad.

Así mismo, creo que es una novela terriblemente ambiciosa por como ha sido elaborada por la escritora. Por una parte, por las indagaciones históricas, culturales, por el recorrido geográfico por el que nos transporta la autora.
Por otra, por como une toda la trama con la obra del autor clásico Dante Alighieri “La Divina Comedia”. Será a través de sus Cantos donde los personajes encontrarán las pistas para poder superar el camino que tienen que recorrer para encontrar la salida.

La narradora de ésta historia es el personaje principal, la doctora Ottavia Salina, paleóloga de prestigio internacional perteneciente a una orden religiosa que trabaja en el Archivo Secreto del Vaticano al que muy pocas personas tienen acceso. Ella será la encargada de investigar los robos que se están produciendo en distintas iglesias de reliquias cristianas “lignus crucis”, trozos de madera que supuestamente pertenecen a la cruz de Cristo: La Vera Cruz, la que se cree fue encontrada por la madre del emperador Constantino, Helena .Constituyéndose después una hermandad “los staurofilates” que se convertirían en los guardianes de la cruz en los siglos que siguieron.

Junto con ella, el profesor Boswel, un arqueólogo de Alejandría y el capitán de la Guardia Suiza Vaticana Kaspar Glauser-Roist serán los encargados de llevar a cabo las investigaciones. Lo harán realizando siete pruebas cada una en un lugar diferente, Roma, Alejandría…relacionados con los siete pecados capitales ira, gula… y donde los Cantos del Purgatorio de la Divina Comedia serán las claves para avanzar y llegar al final, “AL PARAISO” donde llegan los staurofilates , los merecedores de ser los guardianes tras superar todas la pruebas.

Tan atractiva como la aventura es, en mi opinión, la evolución personal que va experimentando cada personaje no solo es un viaje físico sino también personal.
La doctora irá descubriendo que los cimientos de sus creencias se tambalean por ciertos hallazgos que hará sobre el funcionamiento de la iglesia bajo el poder, así como de la familia a la que pertenece que no es la que ella se había creado en su interior sino una familia perteneciente a la mafia siciliana lo que le llevará a romper los lazos que tiene con ellos y elegir su propio camino. Se enamorará del profesor, personaje amable y atractivo, no creyente, hecho que al principio supone una traba en sus relaciones pero que a medida que avanzan en el viaje deja de carecer de valor.
Y el cambio radical de la figura del capitán, hombre frío, meticuloso y calculador. Según el hermano de la protagonista, él es el “El hombre del Vaticano” el encargado de limpiar el nombre de la iglesia al precio que sea.

La autora nos llevará aunque a través de muchos sacrificios a un final bonito, optimista, quizás muy optimista. Los personajes conseguirán su objetivo llegar Al Paraíso lugar pacífico y feliz donde viven los guardianes organizados y guiados por el máximo guardián “Catón” en contraposición con nuestro mundo lleno de mentiras y muerte.
Por lo que no cabe la duda de que superado el camino no habrá lugar para la traición ni el mal. El profesor y la doctora volverán haciendo uso de su libertad pero no así el capitán que será el elegido en la nueva sociedad como el Ultimo Catón.

Para terminar me gustaría decir que el valor de la novela, para mí, reside tanto en la maravillosa aventura por la que nos transporta como por el descubrimiento de ciertos secretos de la historia del cristianismo y el complejo mundo de las Iglesia y su poder. Sin menospreciar las anécdotas de que se vale la autora para amenizar la narración.